viernes, 20 de mayo de 2011

El núcleo del reactor 1 está totalmente fundido desde el primer día del accidente


Han pasado dos meses desde el accidente de la central atómica de Fukushima y Tepco, la compañía propietaria, acaba de reescribir el relato de los acontecimientos que llevaron a la catástrofe. Los últimos informes, unos 2.000 folios hechos públicos por la empresa eléctrica, dan la vuelta a buena parte de lo que hasta ahora se había contado sobre lo ocurrido.

Se había dicho que la central resistió al seísmo y que fue sólo el tsunami posterior lo que causó los problemas. Sin embargo, ahora se admite que el temblor de tierra sí afectó a la central y fue lo que provocó los primeros problemas en el reactor 1, el modelo BWR de General Electric que es idéntico al instalado en Garoña el mismo año de 1971.

También se había dicho que el combustible de los reactores estaba parcialmente dañado. Sin embargo, Tepco admite ahora que el núcleo del reactor número 1 está totalmente fundido y llegó a ese estado en las primeras horas de la catástrofe.

El uranio ha caído al fondo de la vasija, es muy probable que haya grietas en ella y esto provoca que haya una fuerte radiactividad en la estructura de contención de cemento que circunda la vasija. Todo ello dificulta en gran manera los trabajos para enfriar del todo la central. Junichi Matsumoto, general manager de Tepco, ha afirmado que ahora saben fehacientemente que el reactor número 1 se encuentra en ese estado, pues han podido comprobarlo. Y que creen que los reactores 2 y 3 estén igual, pero les falta acceder para verificarlo.

Tepco ha comunicado que necesitará entre seis y nueve meses para llevar los reactores al "estado de parada fría", el término empleado en la industria para definir una situación de total estabilidad. La compañía afirma que habrá que esperar hasta enero de 2012 para conseguirlo. Además, ha anunciado pérdidas de 10.680 millones de euros en el último año fiscal, concluido en marzo, y la dimisión de su presidente, Masataka Shimizu.

Vía: El Mundo

Pekín reconoce los daños causados por la Presa de las Tres Gargantas


El Gobierno chino ha reconocido por primera vez el deterioro ambiental y la contaminación causada por la planta hidroeléctrica más grande del mundo, la Presa de las Tres Gargantas.

Según admite el informe de una reunión del Ejecutivo, el proyecto ha causado problemas relacionados "con el bienestar de los residentes reubicados, la protección ambiental y la prevención de desastres geológicos que deben ser resueltos de forma urgente".

Aunque la presa de las Tres Gargantas ha "desempeñado un papel significativo en la prevención de inundaciones, la generación de electricidad y el uso de los recursos del agua", ha creado problemas como la contaminación de las aguas, señala.

"Es necesario frenar la contaminación del agua en los cursos medio y bajo del río Yangtsé, que afecta a ocho provincias en un área de 633.000 kilómetros cuadrados, que es también la de mayor densidad demográfica de la nación, lo que se traduce en una significativa presión ambiental", añade el informe de la reunión del miércoles, que estuvo encabezada por el primer ministro Wen Jiabao.

Según el comunicado, "hay que realizar esfuerzos para controlar la contaminación y garantizar la seguridad del agua potable" para la población afectada.

El Gabinete chino se comprometió durante la reunión a elevar el nivel de vida de los más de 1,4 millones de desplazados por el proyecto a través de una reestructuración económica y de las infraestructuras de la zona, así como mediante un sistema de seguridad social que cubra a todos los afectados antes de 2020.

La mayoría de los desplazados residía en la municipalidad de Chongqing y en la provincia de Hubei cuando empezó a construirse este proyecto de 22.500 millones de dólares en 1993, aunque fuentes independientes elevan la inversión hasta los 40.000 millones de dólares.

Grupos ecologistas habían advertido desde el inicio del proyecto, uno de los sueños desarrollistas del líder Mao Zedong, de que la presa causaría contaminación y desastres geológicos como avalanchas de tierra e incluso seísmos, extremos que habían sido hasta ahora negados por el ejecutivo chino.

La presa consta de un dique y 26 turbogeneradores, y antes de 2012 está previsto que se instalen otros seis.

Ahora el ejecutivo chino se ha comprometido a mejorar el entorno ecológico y promover la diversidad biológica de las áreas afectadas por la presa, según el comunicado difundido por la agencia de noticias Xinhua.

La gigantesca planta hidroeléctrica en la ciudad de Sandoupping, en Hubei, tardó 17 años en ser construida y tiene una potencia instalada de 24.000 MW, lo que equivale a la potencia de 24 centrales nucleares.

Vía: El Mundo