domingo, 24 de enero de 2010

Templo Budista Construido Con Botellas Recicladas Tailandia


El templo Wat Pa Maha Chedi Kaew, en la provincia tailandesa de Sisaket, realmente nos sorprende con su diseño, ya que fue construido con botellas de vidrio recicladas.

Construido con más de un millón de botellas de cerveza de las marcas Heineken -de color verde- y Chang -de color marrón-, las preferidas en la zona, se empezaron a utilizar el año 1984 para decorar las celdas de los monjes, y con el tiempo, al ir recibiendo cada vez más y más, pudieron levantar otros edificios, como una pagoda, la sala de ceremonias o los aseos. Las tapas y corcholatas tampoco se desperdician, ya que se utilizan para decorar murales.



Este particular templo fue levantado a unas 400 millas al noreste de Bangkok, en la ciudad de Khun Han, cerca de la frontera camboyana.

Durante su construcción los monjes budistas decidieron reunir tal cantidad de botellas de vidrio como un ejemplo de reciclaje útil, y para ello movilizaron a los habitantes de la zona en una operación de limpieza que culminó en este singular y exquisito templo donde se refleja maravillosamente el sol de tailandés.

Jatropha, ¿el biodiésel del futuro?


Resistente a sequías, capaz de crecer en terrenos marginados y contaminados y materia prima de un diésel más barato que el de origen fósil. Según sus defensores, así es la jatropha, una planta que podría generar para los próximos años millones de litros de combustibles más ecológicos y sostenibles. Por si fuera poco, sus propiedades medicinales podrían ayudar a la lucha contra diversas enfermedades. Varias empresas, instituciones y organismos han aumentado el cultivo de esta planta en lugares de todo el mundo. No obstante, algunos expertos recuerdan que no todo son ventajas.

Los biocombustibles son una alternativa ecológica al petróleo, cada vez más caro y escaso. La Unión Europea (UE) se ha propuesto para 2010 que el 5,75% del diésel utilizado en su territorio sea "bio" y para 2020, el 10%. La Agencia de Protección Ambiental estima que para 2022 se utilizarán en EE.UU. 136.000 millones de litros de biocombustibles. Para cubrir esta demanda de forma respetuosa con el medio ambiente, se habla de una segunda generación. Las opciones son diversas; entre ellas, la jatropha, una planta oleaginosa cuyas ventajas, según el grupo internacional de inversión Goldman Sachs, la convierten en una de las mejores candidatas para la producción de biodiésel en los próximos años.

La jatropha, originaria de América Central y presente hoy en día en países de clima tropical de todo el mundo, puede crecer en tierras marginales no dedicadas al cultivo de alimentos. Las semillas de esta planta son tóxicas y, por ello, el aceite que producen no es comestible: su uso no compite con la producción alimentaria. La plantación de jatropha es un buen elemento de biorremediación ya que recupera tierras abandonadas, improductivas y hasta contaminadas con metales. Es posible regarla con aguas residuales, con más nutrientes que la lluvia natural. Su generalización ayudaría a luchar contra la desertificación y el cambio climático: una hectárea puede captar hasta 60 toneladas de dióxido de carbono (CO2).

A diferencia de los aceites minerales, no contiene ni fósforo ni sulfuros y es más eficiente. Con porcentajes de entre el 40% y el 50% de aceite de jatropha en el biocarburante no hacen falta modificaciones ni precalentamiento de la mezcla.

Sus defensores argumentan que es un combustible sostenible. El cultivo de tierras perdidas supondría una nueva fuente de ingresos y la reducción de la dependencia del petróleo, en especial, en zonas degradadas de países en vías de desarrollo. Durante el proceso de obtención del aceite, la cáscara y la torta de la planta se puede utilizar también para generar electricidad y biogás. La producción de energía se puede hasta triplicar.

El factor económico también parece jugar a favor de esta planta. Si bien los precios de mercado oscilan de manera constante, se estima que un barril de biodiésel de jatropha puede costar un tercio del valor de uno de crudo convencional.

La gran resistencia y productividad de esta planta es otra de sus grandes ventajas. Un estudio publicado el año pasado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) confirmaba que crece en todo tipo de tierras y sobrevive a sequías. El uso de pesticidas apenas resulta necesario, gracias a sus propiedades antiparasitarias. La planta dura unos 50 años, ofrece hasta tres cosechas anuales y de sus pequeñas semillas, de tamaño similar a un grano de café, se extrae un 40% de aceite susceptible de ser procesado y transformado en biodiésel. Algunos cultivos han logrado un rendimiento de 1.900 litros de aceite por hectárea a partir del segundo año y se espera que el desarrollo tecnológico permita mejorar su productividad en los próximos años.

Via: Consumer

Construye una casa dentro del Parque Natural de los Volcanes


La casa de Dimas Martín en la zona conocida como Los Rostros en el municipio de Yaiza está en suelo rústico de protección natural ya que se encuentra dentro del Parque Natural de los Volcanes, de una Zona Especial de Protección de Aves (ZEPA) y de un Lugar de Importancia Comunitaria (LIC).

La Guardia Civil, que investiga el caso dentro de la Operación Unión, asegura en un informe de 4 de junio de 2009 que la casa se construyó entre enero de 2002 y diciembre de 2003 y no antes del año 2000, como reflejan los certificados del Ayuntamiento de Yaiza aportados por Dimas Martín para inscribir la finca en el Registro.

Las ortofotos de la empresa pública Grafcan no dejan lugar a dudas. Antes del año 2000, en esa finca, heredada de sus padres, sólo había un aljibe. La construcción aparece por primera vez en la foto aérea de diciembre de 2003.

La finca se la traspasa Dimas Martín a su mujer Elena Martín por 800 pesetas en el año 2002 y no se hace mención en esa inscripción registral a la existencia de la casa. Esa finca y otra se ponen como garantía hipotecaria para un préstamo personal de Leopoldo Cabrera Lasso al hijo de Dimas, Fabián Martín, por valor de 350.000 euros. Para pedir el préstamo hace falta un informe de tasación que realiza el aparejador Juan Cristóbal Mederos, de la empresa Sivasa, en el que se afirma que tanto la casa como el aljibe se hicieron en el año 1986.

Dos informes

Para poder inscribir la finca, el Ayuntamiento de Yaiza expidió un informe del jefe de la oficina técnica Antonio Lorenzo en septiembre de 2006 que señala que la construcción es anterior a mayo de 2000. El informe se basa en otro de la Policía Local que, sin embargo, no refleja ninguna fecha y se limita a decir que la casa existe.

También certifica la antigüedad de la casa un informe del secretario accidental del Ayuntamiento, emitido el mismo día, y que señala la misma fecha de construcción. La Guardia Civil considera que se elige esa fecha ya que el 8 de mayo de 2000 entra en vigor el Texto Refundido de las Leyes de Ordenación del Territorio de Canarias y de Espacios Naturales de Canarias, que clasificaba el suelo de los parques naturales como suelo rústico de protección natural y por lo tanto no permite la construcción ni movimientos de tierra.

Frente a estas certificaciones, en enero de 2009 la arquitecta técnica municipal María Lahora emite un informe a petición de Fabián Martín, que lo necesita para corroborar que no existen procedimientos incoados contra la casa, que dice que no consta en esa oficina documentación sobre la construcción de la casa ni su fecha de finalización.

Imputaciones

La casa tiene 87 metros cuadrados divididos en un salón, comedor, despensa, cocina, baño, dormitorio y dos terrazas cubiertas, además de un aljibe, y un valor declarado de 180.000 euros. El año pasado el líder del PIL inició unas obras de reforma, consistentes en hacer unos muros de piedra, en el techado del salón y en una piscina.

En este procedimiento al Guardia Civil considera que se pueden haber cometido delitos contra la ordenación del territorio, falsificación de documento público y documento oficial. La UCO imputa al secretario accidental Antonio Fernández, al jefe de la oficina técnica Antonio Lorenzo, a la esposa de Dimas, Elena Martín y al tasador Juan Cristóbal Mederos.