viernes, 27 de noviembre de 2009

El cambio climático amenaza la seguridad alimentaria en el Pacífico


El cambio climático tendrá un fuerte impacto en la agricultura, la silvicultura y la pesca en las islas del Pacífico, lo que llevará a un incremento de la inseguridad alimentaria y la desnutrición, según alertó hoy la FAO en vísperas de la cumbre de la ONU sobre el cambio climático en Copenhague. La organización urgió a los gobiernos y los donantes a que comiencen a implementar de inmediato planes consistentes y proactivos de adaptación al cambio climático en todas las islas del Pacífico.

El cambio climático actuará como un "multiplicador de amenazas" en una región que sufre ya de una fuerte presión medioambiental y económica, según un documento orientativo de políticas públicas denominado El cambio climático y la seguridad alimentaria en el Pacífico preparado para el encuentro en Copenhague.

Las islas del Pacífico tendrán que hacer frente a la subida del nivel del mar, el calentamiento y la acidificación de los océanos, los cambios en el régimen de lluvias, de las horas de insolación y de la nubosidad, la alteración de las pautas de circulación oceánicas y atmosféricas y un incremento de la frecuencia de eventos climáticos extremos, tales como ciclones tropicales y sequías.

Muchos de estos impactos podrían tener efectos cumulativos y adversos en los rendimientos agrícolas y pesqueros y en la seguridad alimentaria. La degradación de los ecosistemas marinos y terrestres, el aumento del calor, la erosión del suelo, salinización y el agotamiento de los nutrientes, la propagación de plagas y enfermedades, una mayor frecuencia de incendios forestales, sequías y las inundaciones representan un serio peligro para la producción alimentaria.

Adaptación y diversificación

"No hay que dejar solos a los campesinos cuando se trata del cambio climático", aseguró el Director General Adjunto de la FAO, Alexander Müller."Los países y sus socios en el desarrollo tienen que garantizar que los campesinos reciben la mejor información sobre la elección de variedades agrícolas, así como de las opciones de gestión del agua y el suelo para adaptarse al cambio climático", explicó Müller.

Aquellas islas del Pacífico con un monocultivo en la producción agrícola necesitarán evaluar de forma minuciosa su potencial de seguridad alimentaria, ya que los sistemas agrícolas diversificados se defenderán mejor en todos los escenarios climáticos. "Los sistemas integrados de cultivos, árboles y posiblemente de la ganadería, ofrecen oportunidades para una intensificación sostenible de la producción alimentaria, al tiempo que crean un ecosistema más resistente", aseguró Müller.

Pesca

El cambio climático amenaza también de forma seria la sostenibilidad de la industria pesquera y tiene el potencial de debilitar la seguridad alimentaria en una región que es muy dependiente del pescado como fuente de proteínas y de los ingresos derivados de arrendar las zonas pesqueras a flotas extranjeras. La pesca de subsistencia y comercial, en particular de las especies del atún, son los pilares de muchas de las economías de las islas del Pacifico. Los cambios en la distribución y abundancia del atún tienen implicaciones serias sobre la viabilidad a largo plazo de la industria pesquera y conservera en el Pacífico occidental. La pesca de subsistencia y comercial tendrá que diversificar su producción, la infraestructura de la industria pesquera y las pautas de distribución, de forma que se puedan adaptar a cambios bruscos del medio ambiente y de la industria.

Bosques

"El impacto del cambio climático, unido a la actual sobreexplotación de los recursos forestales en la región, supondrá una enorme presión en los bosques que quedan", alertó la FAO. Los árboles y bosques suministran importantes cultivos básicos en el Pacífico, como el árbol del pan, mangos, cítricos y cocos. Los manglares previenen la erosión costera y ofrecen protección frente a tormentas y tsunamis, además de ser un hábitat importante para numerosas especies de peces. Los gobiernos de la región deberían recibir apoyo para la gestión sostenible de los bosques y la promoción de sistemas agro-forestales integrados. Es necesario reconocer el potencial de los bosques para la retención de carbono.

Necesidad de apoyo

"Las negociaciones internacionales sobre el cambio climático deben tener en cuenta la relación estrecha entre seguridad alimentaria y calentamiento global", señaló Müller. "Todas las islas del Pacífico deben recibir apoyo para implementar sus "Programas de acción nacionales de adaptación, que incluyen la cuestión de la seguridad alimentaria".

La investigación y el desarrollo deben intensificarse en la agricultura, pesca y silvicultura para identificar y promover el uso de variedades de cultivos resistentes a la sal y la sequía, la rehabilitación de los bosques costeros y el desarrollo de infraestructuras en las áreas vulnerables de la costa.

"El no actuar nos llevará a una mayor pobreza, inestabilidad política y conflictos", advirtió Muller.

El documento ha sido elaborado de forma conjunta con el Grupo de expertos del Pacífico sobre cambio climático y seguridad alimentaria.

Via: FAO

La Ley de Economía Sostenible no es sostenible, ya que busca el crecimiento



Hoy se ha aprobado el anteproyecto de la futura Ley de Economía Sostenible (LES). Ecologistas en Acción considera que la propuesta es un compendio de medidas contradictorias que, en su conjunto, no van a acercarnos hacia la sostenibilidad.

La futura ley tiene como objetivo fundamental garantizar el crecimiento de la economía española mediante el incremento de su competitividad. Nuevamente el Gobierno plantea una medida que considera que vivimos en un planeta de recursos y sumideros (basureros) infinitos, en el que el crecimiento continuado es posible. Nuevamente el Gobierno hace política-ficción.

Para mantener este crecimiento, la LES fomentará elementos tan insostenibles como la construcción de infraestructuras o el impulso a la internacionalización de la economía española.
Ecologistas en Acción recuerda que el Plan Estratégico de Infraestructuras de Transporte (PEIT) va a suponer un importante incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero (el sector del transporte es el que más las ha aumentado desde 1990), y un mayor troceamiento del territorio, lo que contribuirá a que sigamos perdiendo biodiversidad.

Para el impulso a este exigente plan de infraestructuras, la LES pondrá en marcha un mecanismo de financiación publico-privado que permitirá continuar el derroche de recursos actual en carreteras y trenes de alta velocidad. Un derroche que crea menos y peores puestos de trabajo que la apuesta por el transporte público, que está detrás de la mala calidad del aire de nuestras ciudades, y que, por supuesto, es corresponsable de que el Estado español no vaya a cumplir el Protocolo de Kioto.

Las medidas contempladas para internacionalizar más la economía española significan un mayor trasiego de mercancías, lo que implica inevitablemente más consumo energético y cambio climático. Pero no sólo eso, sino que suponen un apoyo al espolio que están realizando las transnacionales españolas en el extranjero. Como ejemplo ilustrativo están los casos de degradación de territorios indígenas por parte de Endesa, la contaminación de parques naturales de Repsol, o la repatriación a la casa matriz de los beneficios obtenidos en la empobrecida América Latina por el Santander.

Ecologistas en Acción valora positivamente otros aspectos del anteproyecto, por ejemplo la apuesta por la rehabilitación y el alquiler frente a la construcción de más viviendas, los planes que contiene para una movilidad algo más sostenible, o las medidas de ahorro energético y apuesta por las renovables. Sin embargo, aun siendo positivas, estas medidas son insuficientes.
La apuesta por centrar la economía más en la innovación, sin duda será un avance hacia la sostenibilidad, suponiendo que este desarrollo técnico se centre en mejorar la eficiencia. Sin embargo, esta no es una condición suficiente para avanzar hacia la sostenibilidad. El parque automovilístico español ha ido reduciendo su consumo y sus emisiones progresivamente, sin embargo, a día de hoy, las emisiones totales de gases de efecto invernadero de dicho parque son mayores que las de 10 años atrás, ya que el número de vehículos y los kilómetros recorridos se han incrementado notablemente.

La apuesta por la eficiencia energética y la movilidad sostenible son importantes, sin embargo lo verdaderamente fundamental es que vaya acompañada de un decrecimiento drástico en el consumo energético y la movilidad motorizada. Todo ello acompañado por una reconversión hacia las fuentes energéticas renovables que vaya mucho más allá del tímido objetivo del 20% para 2020 de este Gobierno.

En resumen, para Ecologistas en Acción lo que presenta el Gobierno tiene poco que ver con la sostenibilidad y mucho más con conseguir un crecimiento sostenido, por ello ha rebautizado la ley como Ley de Crecimiento Sostenido.

Via: Ecologistas en accion

Copenhague pinta mejor


El té chino que compartieron Hu Jintao y Obama el mes pasado dejó fríos a todos los que esperaban un fuerte compromiso de China y Estados Unidos en la cumbre del Clima de Copenhague. Los analistas ya dijeron entonces que no se acababa el mundo y que tras la cita de los próximos días en la capital danesa nada volverá a ser como antes. Tenían razón. Obama confirmaba después que llevaría a la cumbre una propuesta de recorte de emisiones del 17% para 2020 y China parece dispuesta a limitarlas un 40%.

Barack Obama va a unir su suerte a la de China en la lucha contra el cambio climático. Para lo bueno y para lo malo. Las mayores potencias del planeta, también las que más contaminan, están estos días mirándose a los ojos y preguntándose: “y tú, ¿qué vas a hacer? Porque si vas tú voy yo, pero si tu te quedas, yo me quedo”. Puede que lo fácil sea decir “yo me quedo”. Pero cada vez hay más gente mirando. Lo saben. Y la inmensa mayoría espera otra respuesta: “Vamos, vamos todos”.

Obama va, con un recorte de emisiones del 17% bajo el brazo. Y con el ánimo firme de alcanzar un compromiso político que pueda convertirse el año próximo en un acuerdo vinculante. El primer ministro chino, Wen Jiabao, también estará en Copenhague con una propuesta que limitará sus emisiones entre un 40 y un 45% en 2020. No se puede hablar de reducción. Lo que propone China es que por cada punto de PIB emitirá un 45% menos de CO2 de lo que emite actualmente.

Pero es un paso enorme que, en palabras del economista jefe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Fatih Birol, “ahorrará en 2020 un 25% de todo el CO2 que el mundo tiene que dejar de emitir para limitar el calentamiento”. Ban Ki-Moon, secretario general de la ONU, no ve otras alternativas. “Los líderes mundiales perciben el tema del calentamiento global y de la contaminación excesiva como algo urgentísimo. Hace tres años no comparecía en las agendas internacionales. Ahora todos sabemos que es la prioridad, el enemigo público número uno. Quiero que estemos preparados en diciembre y que se firme un tratado fuerte”, apunta.

Una noticia buena y una mala

“Creo que Estados Unidos aprobará una legislación para luchar contra el cambio climático en 2010”. Es la buena noticia que anuncia David Robinson, investigador del Oxford Institute for Energy Studies y socio de la empresa consultora The Brattle Group. La noticia mala es que “esa legislación va a ser floja”. Según Robinson sería un error esperar que Estados Unidos, por más que Obama sea el presidente, vaya a liderar este proceso. “Algunos analistas opinan que el cambio climático es la sexta prioridad de la Casa Blanca por detrás de otros temas como la salud o la crisis económica. Y el Senado no tomará una decisión al respecto antes de mayo”. Ya entonces se habrán producido los primeros movimientos electorales de cara a la elección, en noviembre de 2010, de 36 de los 100 escaños que conforman el Senado. Y los compromisos climáticos que quieran asumir unos y otros saldrán en mayo a la palestra.

Las cuentas que se hace el consultor británico son de este tipo: “el sector más reacio a asumir medidas contra el cambio climático es el del carbón. Pero saben que, la alternativa a una legislación en esta materia es que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) tome las riendas del control de estas empresas, y sea mucho más estricta que una legislación sobre emisiones que podría ser menos exigente”. De hecho, demócratas y republicanos están negociando ya para acordar una legislación climática. Y para lograr ese acuerdo tendrá que ser muy flojo, con un precio de la tonelada de carbono muy bajo.

“Los americanos manejan un argumento elemental: si los chinos no tienen obligaciones con el clima nosotros tampoco. En cualquier caso, todo parece indicar que esta legislación se aprobará el próximo año pero no creo que los objetivos de reducción de emisiones vayan más allá de un 4% respecto a las de 1990 (el Senado está estudiando reducciones en torno al 17% respecto a los niveles de 2005, lo que supondría, una vez hechos los ajustes, una disminución del 6% respecto a 1990)”.

Robinson está convencido de que “Estados Unidos empujará con fuerza en el desarrollo de las renovables y de las redes inteligentes, pero China tomará más iniciativas. Creo que para convencer a los americanos hay que criticar menos su postura e insistir más en lo que se gana, en las oportunidades de negocio de este nuevo modelo energético”.

Via: COP15